domingo, 6 de febrero de 2011

Aun con cautela, esperanza en el Magreb


Este inicio de 2011 está marcado por los levantamientos populares surgidos en el norte de África, que desde Túnez se extendieron, con distinta intensidad, a Argelia, Libia, Jordania o Egipto. Las revueltas tienen un evidente carácter social, con un especial protagonismo de la juventud. Las reivindicaciones comunes son, a grandes rasgos, libertad, justicia, acabar con los regímenes y su corrupción.

Es loable la determinación de los norteafricanos de movilizarse contra unos gobiernos que cercenaban sus condiciones de vida, sumergiéndoles en la pobreza y en una existencia sin esperanza, mientras unas élites se enriquecían y se perpetuaban en el poder.

Sin embargo, pese a que el paso más importante ya está dado, ahora se abren varios interrogantes en el futuro político de estos países. Por un lado, es innegable la amenaza de que los sectores religiosos más radicales se hagan con el poder. Por otro, el objetivo de los países occidentales de tutelar la transición hacía regímenes más (aún) favorables a sus intereses. El comportamiento de los ejércitos, históricamente sustentadores de estos gobernantes, será clave para determinar el curso de los acontecimientos.

Es por ello que las sociedades del Magreb deben comprender que no terminó la lucha para conseguir una verdadera justicia social y libertad. Sin embargo, ya han enseñado la capacidad que puede tener un pueblo para revelarse contra la represión, por dura que ésta sea, y su innegable fuerza de acción. Sin duda, han dado una valiosa lección al mostrar el camino de la emancipación para los pueblos africanos. Carlos Fernández Lozano

No hay comentarios:

Publicar un comentario