lunes, 28 de marzo de 2011

La ética profesional, relegada

El periodismo encuentra su verdadero sentido en la explicación de hechos o situaciones no conocidos en su totalidad –generalmente- por la audiencia. La labor es la del esclarecimiento de las realidades mediante el análisis y la denuncia, realizado con un alto sentido de la veracidad y la rigurosidad.

El sistema económico comporta unos medios de comunicación en una búsqueda permanente de impactar en la audiencia. Estas empresas de contenidos, que monopolizan el sentido de la realidad en nuestras sociedades, abordan los temas basándose en superficialidades, demagogias, sensacionalismo o una magnificación gratuíta. Estas prácticas se hacen especialmente hirientes en situaciones de catástrofes naturales o humanas. Así, en el caso de Japón, es evidente el alarmismo con el que están actuando los medios.

En determinadas situaciones la labor de simplificación de los hechos se entremezcla y viene potenciada por motivaciones ideológicas. En este sentido, en el caso de las revoluciones árabes, los medios de información están demostrando un doble rasero que, por ejemplo, les permite denominar “rebeldes” en Libia lo que son “extremistas” en Bahréin (El País).

Frente a este comportamiento, es ineludible mencionar a la televisión pública de Japón, como un ejemplo de rigurosidad. Un modelo que no están por la labor de secundar las grandes empresas de comunicación occidentales mientras su principal objetivo sea el económico (o, a veces, aunque muy relacionado, el político) y no la ética profesional. Carlos Fernández Lozano.

sábado, 26 de marzo de 2011

Violencia

Violencia es la nariz de Belén Esteban.

Violencia es que a muchos trabajadores de empresas pequeñas se les prohíba ejercer su derecho a la huelga.

Violencia es que David Bisbal continúe publicando discos.

Violencia es una reforma laboral que hace regresar los derechos de los trabajadores a poco más del siglo XIX.

Violencia es El diario de Patricia.

Violencia es que con casi cinco millones de parados se quiera abaratar el despido.

Violencia es que a los univesitarios les guste Fama.

Violencia es que nos quieran hacer currar hasta los 67 años.

Violencia son las esculturales dependientas de Zara y Berska.

Violencia son padres de familia pidiendo paquetes de arroz y leche en polvo en Cáritas y Cruz Roja mientras el número de millonarios en España aumenta sin freno.

Violencia son las tertulias de Intereconomía.

Violencia son las listas de los más millonarios.

Violencia son los millonarios.

Violencia es Israel.

Violencia son series para adolescentes en la línea de Física o Química.

Violencia es una ley de extranjería.

Violencia es Cristiano Ronaldo y Messi.

Violencia es Rosa Díez.

Violencia es idolatrar a Mourinho.

Violencia son las noticias de Antena 3.

Violencia es un sistema criminal que no pone ningún tipo de barrera al dinero y los flujos financieros pero en cambio levanta enormes muros de alambre y espino para las personas.

Violencia es que la Pantoja llene auditorios.

Violencia es que existan miles de pisos vacíos criando polvo y a medio millón de familias se las ponga de patitas en la calle porque no pudieron pagar su hipoteca.

Violencia es el Plan Bolonia.

Violencia es Dani Martín pidiendo entrar en tu garito con zapatillas.

Violencia de la más terrible es que padres de familia en Asturias o León se vean abocados a quemar neumáticos y cortar autovías para que se les escuche mientras Zapatero con dinero público, con dinero aportado por esos mismos trabajadores, acuda al rescate de los bancos.

Violencia es Sálvame Deluxe y DEC.

Violencia es que a Fernando Savater se le llame filósofo.

Violencia es que te caiga bien Florentino Pérez.

Violencia de la más obscena es que los españoles tengamos que mantener con 8 millones de euros anuales a una familia de aficionados a la vela y la caza.

Violencia es que al señor Fabra le toque tantas veces la lotería.

Violencia es que el jefe del estado sea un monarca impuesto a dedo por un dictador fascista o que criminales como el señor Fraga ahora sean demócratas de toda la vida cuando tienen las manos manchadas de sangre.

Violencia es que Amnistía Internacional señale a España en todos y cada uno de sus informes anuales en contra de la tortura.

Violencia es Buenafuente, Berto y demás bufones mediáticos de la corte Borbónica.

Violencia es que se dé toda la credibilidad del mundo a los miembros de ETA cuando afirman que se entrenan en Venezuela y en cambio se silencie o se menosprecie su credibilidad cuando afirman que son salvajemente torturados ¿en qué quedamos?

Violencia son las portadas del diario La Razón.

Violencia y una burla a las víctimas es que ostentemos el puesto número dos del mundo en el macabro ranking de fosas comunes por exhumar.

Violencia es que los españoles sólo se lancen a la calle en masa cuando gana la selección de fútbol.

Violencia es que la AVT pida la prohibición de conciertos de SA, Lendakaris Muertos o Betagarri.

Violencia es que no se pida la prohibición de conciertos de Miguel Bosé y Alejandro Sanz.

Violencia es que el 10% de la población tenga el 80% de la riqueza mundial.

Violencia es Paris Hilton.

Violencia es Aznar abriendo la boca para reivindicar su derecho a conducir ebrio.

Violencia es que en pleno siglo XXI Sarkozy expulse a los gitanos de Francia como si fueran ganado.

Violencia son los rayos uva de Zaplana.

Violencia es llenar el Paseo de la Castellana de tanques, fusiles y soldados para conmemorar un genocidio de dimensiones continentales como fue la masacre iniciada en 1492.

Violencia es la sección de contactos de los diarios y que algunas mujeres hagan un completo por 15 euros.

Violencia son nuestras tropas en Afganistán.

Violencia es ver como grupos interesados y pobres ignorantes exigen el derecho a fumar en lugares públicos y a conducir a 120 km/h.

Violencia es que se ilegalicen partidos políticos por no condenar la violencia. ¿Qué violencia? ¿Cuál de todas? Esto es como lo de la parte contratante de la primera parte que será considerada como la parte contratante de la primera parte…

Violencia es que Carme Chacón diga que es como las sandías; roja por dentro y verde por fuera.

Violencia es Fernando Alonso y sus miles de aficionados.

Violencia es una carrera de coches de aburridos millonarios europeos por los desiertos de África.

Violencia es el corte de pelo de Mª Teresa Fernández de la Vega.

Energía nuclear, no

El terremoto y el posterior tsunami ocurridos en Japón han ocasionado graves y peligrosos daños en la central nuclear de Fukushima. El Gobierno japonés ha intentado desde un primer momento ocultar la verdadera dimensión de lo sucedido. Sin embargo, ha trascendido que los niveles de radiación en la zona se han elevado entre 300 y 1.000 veces por encima de lo permitido y hubo que evacuar a una población de 45.000 personas. Estos acontecimientos deben servir para llegar a la decisión de abandonar definitivamente este tipo de actividad.

Es apremiante fomentar e impulsar energías renovables que sean sostenibles para el medio ambiente y que acaben con tristes sucesos como los ocurridos estos últimos días en el país nipón. Es un hecho que las energías limpias, las renovables, no crean problemas de seguridad nacional. Y en caso de desastres no añaden un problema más a una población ya fuertemente afectada por la fuerza de la naturaleza. La energía nuclear no se puede circunscribir en un modelo energético razonable, seguro y sostenible. Aunque la obligación en estos momentos es mantener a salvo a la población local y minimizar los daños, el siguiente paso debe ser la concienciación definitiva de los riesgos inherentes que conlleva la energía atómica. Por todo ello lo conveniente sería un abandono progresivo pero urgente de las centrales nucleares evolucionando hacia una producción de origen renovable. Los Gobiernos deben comprender que es necesaria una apuesta mayor y definitiva por las energías limpias que hagan de este planeta algo más habitable. Carlos Fernández Lozano.

lunes, 14 de marzo de 2011

Una regulación justa, necesaria y beneficiosa para toda la sociedad

En el año 2000, el Foro de Organizaciones de Periodistas redactó y aprobó el Estatuto del Periodista Profesional. El Gobierno del PSOE no ha cumplido su compromiso de convertirlo en Ley y acabar con el desamparo actual de los periodistas españoles. Nuestro país es uno de los pocos de Europa en el que este sector no está convenientemente regulado. Así se explica la actual situación que sufren los periodistas de precarización laboral, devaluación profesional y abuso empresarial. Esta tardanza en la aprobación de la ley sólo es entendible por las oportunas presiones de quienes quieren mantener las actuales circunstancias, de total potestad de la empresa sobre los contenidos y que anteponen su rentabilidad económica por encima del derecho a la información.

La realidad laboral que padecen estos trabajadores hace especialmente urgente la aprobación de esta ley que dignifique inmediatamente su situación. Sólo con una defensa regulada de los derechos de los trabajadores los periodistas podrían, al menos, rebajar su condición de vulnerabilidad frente a los intereses capitalistas más explotadores e impunes. Pero el asunto es de un calado aún más profundo que la lucha por unas condiciones justas para un grupo determinado de asalariados. Es el principio del camino para que esta profesión se aleje del dominio que ejercen las compañías empresariales, por el que se explica el problema de la desinformación que rige en nuestras sociedades y que, éste sí, afecta a toda la población. Carlos Fernández Lozano.

viernes, 11 de marzo de 2011

lunes, 7 de marzo de 2011

Acceso a la información: un asunto pendiente


Uno de los indicadores más fehacientes de la salud democrática de un estado es el nivel de información y transparencia. España tiene en el acceso a la información una de sus más visibles carencias como democracia. Por ello, es del todo deseable que se resuelva esta notoria laguna. Además es un tema recogido, aunque de forma algo ambigua, por la Constitución, que en su artículo 105.b garantiza “el acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos”, salvo en lo que afecte a temas especialmente sensibles, como seguridad y defensa del Estado o la intimidad de las personas. El principal escollo es que el concepto de archivos y registros es mucho más estrecho que un pleno derecho de acceso a toda la información en las manos de las entidades públicas.

Sin duda, es un asunto en el que deben afanarse y abordar sin remilgos nuestros políticos para mejorar la calidad democrática de nuestro país. Ni que decir tiene, que a los únicos que beneficia esta opacidad informativa es a los que tienen algo que esconder. Este derecho, que debería poseer toda la población, es especialmente importante para los periodistas. Así, se esclarecerían asuntos tan sensibles en la historia reciente de nuestro país como el 23-F o el terrorismo de Estado practicado en los años 80, además de suponer un freno para futuras actividades similares. El sempiterno olvido de los gobernantes españoles de regular esta materia refleja, o bien una grave despreocupación por los derechos básicos de los ciudadanos en una verdadera democracia o, lo que sería sin duda más alarmante, un corporativismo tramposo, rayando en lo delictivo. Carlos Fernández Lozano.